“Las expectativas tienen algo autoritario”

Abrir espacios

Otra cosa que me parece muy importante es abrir espacios. Nosotros abrimos por ejemplo ese espacio, el del Ensamble. Y cobró su propia dinámica: lo que yo había pensado inicialmente, y lo que es, no coincide. Hay dos o tres ideas que son las centrales, pero lo que se dio, se dio porque lo construimos a la par todos. Yo llevo una propuesta, soy el que piensa técnicamente lo que hay que hacer y lo pongo ahí, después todos lo agarran, lo estiran, lo llevan para otro lado, y se arma entre todos. Vos tenés que abrir el espacio para que pase algo, sin esperar mucho, pero sí confiando en que algo va a pasar. Al pibe capaz que le interesa un poco eso que proponés, pero viene y quiere otra cosa, y hay que darle el espacio para que lo diga, lo pruebe, y generar, así, una nueva situación.

Eso que ya estaba

La percusión tiene una cosa física que funciona muy bien y que es muy natural en los barrios populares como este. Yo lo empecé a entre-ver y empecé a abrir espacios para eso, para ver cómo potenciar eso que ya estaba. Pasan cosas simples que son técnicas: que un nenito de primer grado pueda sostener el pulso, sin correrse en toda una canción, no es algo sencillo de hacer.

– ¿Y por qué?

Yo lo charlaba con mi profe de percusión (porque a raíz del laburo en esta Escuela empecé a estudiar percu, yo soy guitarrista), y me dice que es una cuestión física: jugar a la pelota, treparse, correr, cargarse a trompadas, pelearse, bailar cumbia, murga, que te caguen a palos tus viejos. Está todo en el cuerpo. Está todo puesto en el cuerpo. Entonces, ese cuerpo tiene una habilidad que hace que cuando vos le das a un pibe un tambor, lo toca. Por lo que escuchó, por lo que vio. El paisaje sonoro del barrio es pulso: pum, pum, pum. Y eso queda incorporado en los chicos.

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